Mario Vargas Llosa nos ayudó a escribir la primera Ciudad Libro

Mario Vargas Llosa nos ayudó a escribir la primera Ciudad Libro

Nunca olvidaremos aquella conversación con Fernando Valverde, uno de esos poetas que hacen poesía también sin escribirla, poesía de la que cobra vida y da vida a su paso. Esa mañana dimos forma al primer aliento de un proyecto que nos ha llevado después a ciudades de Colombia, de Costa Rica, de Georgia y de España. Este primer escrito sobre el proyecto Ciudades Libro debe recordar también la amabilidad que tuvieron muchos escritores de altura en la primera puesta en escena, cuando el proyecto sólo era un pdf en una pantalla. Autores como Mario Vargas Llosa, como Benjamín Prado, Almudena Grandes, Luis García Montero, Christ Steward, María Victoria Atencia, etc. nos prestaron sus palabras y su escritura para llenar de poesía las calles de muchos barrios de Granada.

Esa era y será siempre la idea, que las calles sean páginas en blanco de un libro de poemas, que se lean y que se escriban con el día a día, y que la poesía ayude a respirar mejor a los transeúntes, que les ayude a dudar de vez en cuando, a poner la rutina en modo avión y a soñar alto. Más de 200 personas de colegios públicos, privados, de educación especial, de asociaciones, más de 200 poetas que no sabían que lo eran, dejaron la ciudad de Granada como un inmenso poema abierto a todos los ojos, incluso a los ciegos, como reza el dicho tan de la ciudad.

El proyecto tomó la fuerza suficiente para seguir su camino y seguir invitando a otras ciudades a ser libros. Esperemos que tenga larga vida, tanto como la tiene la población costarricense de Nicoya, una de las ciudades donde hemos dejado nuestra huella poética, y que está considerada de las zonas del mundo con más longevidad. Qué suerte haber podido aprender de aquella gente. Como siempre decimos, la poesía es el vehículo que lleva al mismo tiempo a un destino que está fuera y que está dentro de quien conduce.

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