Calles de papel

Una mañana te levantas y tu pueblo, tu ciudad, ha sido inundada de poesía. Paseas, caminas por las calles y plazas, en pocos segundos lees y descubres que la poesía te gusta mucho más de lo que pensabas. Ver para sentir.

Es muy difícil saber si puedes disfrutar de la obra de Tchaikovsky o de Renoir si jamás has escuchado su música o visto sus cuadros. La poesía con esta propuesta sale literalmente a las calles y, durante unas semanas, sorprende con su cercanía el día a día de miles de personas

El árbol de los versos

Se trata de una metáfora visual de gran formato que llena el espacio de una plaza, calle gracias a la participación de cientos de personas. Construimos, entre todos, un árbol que acaba siendo un poema cuyas hojas son los versos que le regala la gente. Una experiencia divertida y educativa que hace parar el tiempo unos minutos para encontrar la savia de cada uno.

Niños cuento

A través de una divertida dinámica de diseño original proponemos, sobre todo a niños y niñas,  que se conviertan literalmente en las cosas que pasan en un cuento que todavía no está escrito. Plazas, parques, calles, patios, clases… todos estos espacios serán las nuevas hojas de ese cuento vivo que podrán leer todos después (e incluso llevarse puestos a casa).

Semillas

Siembra un pensamiento y cosecharás un acto; siembra un acto y cosecharás un hábito. Siembra un hábito y cosecharás un carácter. Siembra un carácter y cosecharás un destino.

Esta interesante reflexión de Charles Reade nos inspiró este proyecto que lanzamos en un rincón maravilloso frente al Atlántico en la isla de Tenerife. Sembramos toda una ciudad semillas de paz, de calma, de amor, de pararse a pensar, de belleza… Cualquier persona puede encontrarse con una de ellas por la calle o en su propia casa. Con un poco de tiempo y cuidado, hace crecer el poeta que se lleva dentro.

Poesía comestible

Sí, así es. No sólo de pan vive el hombre. En Milán, tuvimos nuestra primera experiencia con este tipo de material y la verdad, resultó todo un hallazgo. Personas de todas las edades y orígenes muy distintos leían con atención los textos antes de comérselos. La poesía servida en bandeja; es un complemento ideal para muchas de las “locuras” que proponemos en nuestras misiones.

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